miércoles, 24 de agosto de 2016

LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL DE LA HUMANIDAD Cap 50 y CAP 51

CAPITULO = 50 = LA AMBICIÓN
El nene de mama estudia mucho por ambición, desea un juguete y mama se lo ha prometido si pasa el año con buenas calificaciones.
El empleado holgazán y perezoso lo único que ambiciona es no tener un Patrón que lo mande y vivir tranquilo en su casa.
Un niño que estudia y un empleado holgazán y perezoso parecen no ser ambiciosos, pero cada uno lo es a su manera.
Existen Ermitaños que se azotan y hacen espantosas penitencias y ayunan porque ambicionan la Bienaventuranza eterna.


Existen Penitentes en todas las Santas Religiones que se flagelan y torturan para conseguir un milagro, a veces esos penitentes son gentes muy sanas y devotas pero ambicionan un milagro y hacen penitencia movidos por el incentivo de la ambición.
Hay Santos que lo único que ambicionan en la vida es no ser ambiciosos.
Hay gentes que aborrecen el dinero pero ambicionan la Felicidad Eterna.
El Seudo Esoterista no come carne, no fuma, no bebe, no enamora, etc.
porque ambiciona ser Maestro aun cuando no lo diga.
A orillas de Ganges en la India Sagrada de los Vedas viven muchos Anacoretas que aborrecen el dinero pero ambicionan la Liberación Final.
En la ciudad de los Rascacielos, en el New York ultra Moderno todo el Mundo es ambicioso y quiere Dólares y más dólares pero de cuando en cuando algún místico bien aburrido por ese sistema de vida mecánica y artificiosa, sale de la ciudad para cualquier lugar, dispuesto a dejar la ambición porque ambiciona ser diferente, distinto a los demás seres de su especie.
EL YO se fortifica con procedimientos positivos o negativos, si cometemos errores y sabemos que los cometemos y continuamos cometiéndolos, es claro que se fortifica el YO en forma positiva.
Si suprimimos los defectos que sabemos que tenemos, ellos continúan en los otros terrenos de la mente y el YO se fortifica entonces negativamente.
Muchas casas comerciales ponen anuncios en los Diarios solicitando jóvenes ambiciosos para agentes vendedores, son muchos los jóvenes que se presentan aun cuando no a todos se les dé el empleo prometido.
Hay gentes dedicadas a estudios Espirituales y que de la noche a la mañana suprimen la ambición violentamente, ese tipo de supresión, esa clase de represión de la ambición, es claro otra forma de ambición que con procedimientos negativos fortifica al YO.
Existen ciertas Escuelas que enseñan sistemas positivos para fortificar el YO.
Conocimos nosotros el caso de una de esas Escuelas que enseña a sus estudiantes frases especiales que debían ser pronunciadas diariamente, aquellos pobres estudiantes pronunciaban frases como las siguientes: «YO SOY RICO» «YO TENGO MUCHO DINERO» «YO SOY PODEROSO» «YO SOY FUERTE», etc., y las pobres mujeres aunque ya estuvieran viejas, enfermas, y feas exclamaban llenas de fanatismo: «YO SOY BELLA» «YO SOY SANA» «YO SOY RICA»
El YO no siempre es perverso, a veces presume de Santo y hace obras de caridad, y lega su herencia antes de morir a un hospital de caridad, o a su Secta o Religión o Escuela a la que perteneció, con la ambición de ganarse el cielo o de que le levanten una estatua.
Muchos ambicionan evolucionar rápidamente para liberarse de las miserias de este mundo.
Muchos ambicionan no ser coléricos, no codiciar, ser castos, humildes, diligentes, templados, parcos en el comer, mesurados, virtuosos, etc. Para alcanzar la santidad.
AL YO le encanta vestirse de Santo y que lo veneren y que le pongan en los altares.
La AMBICIÓN es muy paradójica; si la reprimimos se robustece y si no la reprimimos se robustece.
Cualquier cosa que nosotros hagamos para acabar con la ambición es también ambición.
La ambición es un pozo muy profundo y si queremos acabar con ella tenemos que hacer el papel de buzos y sumergirnos en las aguas del pozo.
El pozo de la ambición tiene en el fondo muchos matices y cavernas y animales furiosos, y figuras de Santos y caras de Demonios.
El BUZO de la COMPRENSIÓN debe explorar muy bien todas esas profundidades.
Cuando verdaderamente comprendemos a fondo y en forma clara y especifica que somos AMBICIOSOS y que cualquier esfuerzo que hagamos para acabar con la AMBICIÓN es también AMBICIÓN, entonces ENTENDEMOS muy profundamente el significado de la AMBICIÓN y nos resignamos.
Hay resignaciones y resignaciones, pero este tipo de resignación nacido de la profunda comprensión trae un cambio radical a la mente porque extingue para siempre el fuego fatuo dé la AMBICIÓN.

CAPITUL O = 51 = LAS GANANCIAS
Cuando la ganancia producida por la fuerza de trabajo de los trabajadores es totalmente tomada por los capitalistas en forma absoluta, existe entonces robo.
Los trabajadores reciben un miserable salario como pago por su jornada de ocho o más horas de trabajo, pero producen mercancías que valen millones de Dólares, es claro entonces que el capitalista les roba y explota miserablemente.
Cuando las utilidades sobre el CAPITAL de las empresas sean repartidas justamente entre los trabajadores, no habrá robo y si habrá equilibrio y justicia distributiva.
Existe el Capital constante y el capital variable, el capital constante está constituido por los medios de producción; el capital variable está constituido por la fuerza de trabajo de los trabajadores.
La fuerza viviente del trabajo produce las ganancias y por ello los trabajadores tienen pleno y justo derecho a ellas.
Robarle las utilidades sobre el capital a los trabajadores es robo, las utilidades son de los trabajadores porque ellos las producen.
EL capitalista divide realmente el capital en la siguiente forma: la. Construcciones y máquinas. 2a. materias primas y salarios. La primera es capital fijo. La segunda es capital circundante.
Los trabajadores son los que producen las utilidades sobre el capital porque ellos son los que fabrican las mercancías.
El Capital constante no agrega sino su propio valor a los nuevos productos.
Si los trabajadores producen las utilidades sobre el capital es Lógico que las utilidades son de los trabajadores.
La explotación del hombre por el hombre es criminal ciento por ciento, enriquecerse con la fuerza de trabajo de los trabajadores es de hecho un delito.
EL salario queso paga a los trabajadores no es jamás el equivalente exacto a esa FUERZA DE TRABAJO que viene a producir ricas utilidades.
Si comparamos el miserable salario que se le paga a los trabajadores con las ricas utilidades sobre el capital, es claro que el trabajador viene a ser entonces un esclavo hambriento y miserable.
Un trabajador que produce mercancías que valen millones y solo recibe un salario de veinte o treinta pesos diarios, es de hecho una víctima de la explotación.
Si los trabajadores reciben un salario más lo que les corresponde en las utilidades sobre el capital, se ha hecho justicia.
Los Capitalistas suponen equivocadamente que LAS GANANCIAS, las utilidades sobre el capital, son el resultado de sus propias habilidades, olvidando por completo la fuerza de trabajo del trabajador.
Los Capitalistas piensan en los elementos del capital introducidos en la producción, construcciones, maquinarias, materias primas, salarios etc. Y suponen que todo eso les cuesta dinero, pero se olvidan de que se están robando la fuerza de trabajo, no quieren pensar en el sobre trabajo, no quieren comprender que las mercancías producidas por los pobres trabajadores valen millones de veces más que los infelices salarios de hambre con que se les paga.
Hombres, máquinas, materias primas, construcciones, etc. solo tienen un solo objetivo para el capitalista, producir ricas utilidades sobre el capital que jamás estará dispuesto a compartir con los trabajadores.
Las mercancías tienen en sí mismas utilidades monetarias que polo se realizan poco a poco durante el proceso de circulación comercial.
Las utilidades líquidas sobre el capital se hallan contenidas en la mercancía pero vienen a convertirse en monedas y billetes cuando entran en circulación comercial.
Las mercancías se venden, se revenden etc. y en todo eso hay procesos de desarrollo económico.
El comercio en sí mismo no puede jamás producir mercancías, las mercancías las producen los trabajadores.
El precio de costo de las mercancías es igual al capital constante, más el capital variable.
El Capitalista agrega al precio de costo, un beneficio, que se divide en ganancias para el empresario y en interés para el capital colocado.
El precio de costo, más el beneficio, constituyen el precio de producción tal como lo establecen y entienden los amos del capital.
El Capitalista cree equivocadamente que las utilidades son el producto honrado de todos los elementos del capital introducidos inteligentemente en el proceso de la producción, no quiere darse cuenta el capitalista de que no habría utilidades sin la fuerza de trabajo de los trabajadores.
No quieren entender los capitalistas que es imposible obtener un beneficio si no existen ganancias y que estas últimas se hallan de hecho contenidas en las mercancías.
Los trabajadores producen mercancías y estas se convierten en dinero con buenas GANANCIAS que el capitalista se roba.
Sin trabajadores no hay ganancias y sin ganancias no hay utilidades liquidas sobre el capital.
El proletariado debe organizarse para la lucha contra el capitalismo, solo a base de paros totales, huelgas de brazos caídos, tortuguismo, etc. Es posible lograr la justicia social.

 SAMAEL AUN WEOR

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