CAPITULO =
50 = LA AMBICIÓN
El nene de
mama estudia mucho por ambición, desea un juguete y mama se lo ha prometido si
pasa el año con buenas calificaciones.
El
empleado holgazán y perezoso lo único que ambiciona es no tener un Patrón que
lo mande y vivir tranquilo en su casa.
Un niño
que estudia y un empleado holgazán y perezoso parecen no ser ambiciosos, pero
cada uno lo es a su manera.
Existen
Ermitaños que se azotan y hacen espantosas penitencias y ayunan porque
ambicionan la Bienaventuranza eterna.
Existen
Penitentes en todas las Santas Religiones que se flagelan y torturan para
conseguir un milagro, a veces esos penitentes son gentes muy sanas y devotas
pero ambicionan un milagro y hacen penitencia movidos por el incentivo de la
ambición.
Hay Santos
que lo único que ambicionan en la vida es no ser ambiciosos.
Hay gentes
que aborrecen el dinero pero ambicionan la Felicidad Eterna.
El Seudo
Esoterista no come carne, no fuma, no bebe, no enamora, etc.
porque
ambiciona ser Maestro aun cuando no lo diga.
A orillas
de Ganges en la India Sagrada de los Vedas viven muchos Anacoretas que
aborrecen el dinero pero ambicionan la Liberación Final.
En la
ciudad de los Rascacielos, en el New York ultra Moderno todo el Mundo es
ambicioso y quiere Dólares y más dólares pero de cuando en cuando algún místico
bien aburrido por ese sistema de vida mecánica y artificiosa, sale de la ciudad
para cualquier lugar, dispuesto a dejar la ambición porque ambiciona ser
diferente, distinto a los demás seres de su especie.
EL YO se
fortifica con procedimientos positivos o negativos, si cometemos errores y
sabemos que los cometemos y continuamos cometiéndolos, es claro que se
fortifica el YO en forma positiva.
Si
suprimimos los defectos que sabemos que tenemos, ellos continúan en los otros
terrenos de la mente y el YO se fortifica entonces negativamente.
Muchas
casas comerciales ponen anuncios en los Diarios solicitando jóvenes ambiciosos
para agentes vendedores, son muchos los jóvenes que se presentan aun cuando no
a todos se les dé el empleo prometido.
Hay gentes
dedicadas a estudios Espirituales y que de la noche a la mañana suprimen la
ambición violentamente, ese tipo de supresión, esa clase de represión de la
ambición, es claro otra forma de ambición que con procedimientos negativos
fortifica al YO.
Existen
ciertas Escuelas que enseñan sistemas positivos para fortificar el YO.
Conocimos
nosotros el caso de una de esas Escuelas que enseña a sus estudiantes frases
especiales que debían ser pronunciadas diariamente, aquellos pobres estudiantes
pronunciaban frases como las siguientes: «YO SOY RICO» «YO TENGO MUCHO DINERO»
«YO SOY PODEROSO» «YO SOY FUERTE», etc., y las pobres mujeres aunque ya
estuvieran viejas, enfermas, y feas exclamaban llenas de fanatismo: «YO SOY
BELLA» «YO SOY SANA» «YO SOY RICA»
El YO no
siempre es perverso, a veces presume de Santo y hace obras de caridad, y lega
su herencia antes de morir a un hospital de caridad, o a su Secta o Religión o
Escuela a la que perteneció, con la ambición de ganarse el cielo o de que le
levanten una estatua.
Muchos
ambicionan evolucionar rápidamente para liberarse de las miserias de este
mundo.
Muchos
ambicionan no ser coléricos, no codiciar, ser castos, humildes, diligentes,
templados, parcos en el comer, mesurados, virtuosos, etc. Para alcanzar la
santidad.
AL YO le
encanta vestirse de Santo y que lo veneren y que le pongan en los altares.
La
AMBICIÓN es muy paradójica; si la reprimimos se robustece y si no la reprimimos
se robustece.
Cualquier
cosa que nosotros hagamos para acabar con la ambición es también ambición.
La
ambición es un pozo muy profundo y si queremos acabar con ella tenemos que
hacer el papel de buzos y sumergirnos en las aguas del pozo.
El pozo de
la ambición tiene en el fondo muchos matices y cavernas y animales furiosos, y
figuras de Santos y caras de Demonios.
El BUZO de
la COMPRENSIÓN debe explorar muy bien todas esas profundidades.
Cuando
verdaderamente comprendemos a fondo y en forma clara y especifica que somos
AMBICIOSOS y que cualquier esfuerzo que hagamos para acabar con la AMBICIÓN es
también AMBICIÓN, entonces ENTENDEMOS muy profundamente el significado de la AMBICIÓN
y nos resignamos.
Hay
resignaciones y resignaciones, pero este tipo de resignación nacido de la
profunda comprensión trae un cambio radical a la mente porque extingue para
siempre el fuego fatuo dé la AMBICIÓN.
CAPITUL O
= 51 = LAS GANANCIAS
Cuando la
ganancia producida por la fuerza de trabajo de los trabajadores es totalmente
tomada por los capitalistas en forma absoluta, existe entonces robo.
Los
trabajadores reciben un miserable salario como pago por su jornada de ocho o
más horas de trabajo, pero producen mercancías que valen millones de Dólares,
es claro entonces que el capitalista les roba y explota miserablemente.
Cuando las
utilidades sobre el CAPITAL de las empresas sean repartidas justamente entre
los trabajadores, no habrá robo y si habrá equilibrio y justicia distributiva.
Existe el
Capital constante y el capital variable, el capital constante está constituido
por los medios de producción; el capital variable está constituido por la
fuerza de trabajo de los trabajadores.
La fuerza
viviente del trabajo produce las ganancias y por ello los trabajadores tienen
pleno y justo derecho a ellas.
Robarle
las utilidades sobre el capital a los trabajadores es robo, las utilidades son
de los trabajadores porque ellos las producen.
EL
capitalista divide realmente el capital en la siguiente forma: la. Construcciones
y máquinas. 2a. materias primas y salarios. La primera es capital fijo. La
segunda es capital circundante.
Los
trabajadores son los que producen las utilidades sobre el capital porque ellos
son los que fabrican las mercancías.
El Capital
constante no agrega sino su propio valor a los nuevos productos.
Si los
trabajadores producen las utilidades sobre el capital es Lógico que las
utilidades son de los trabajadores.
La
explotación del hombre por el hombre es criminal ciento por ciento, enriquecerse
con la fuerza de trabajo de los trabajadores es de hecho un delito.
EL salario
queso paga a los trabajadores no es jamás el equivalente exacto a esa FUERZA DE
TRABAJO que viene a producir ricas utilidades.
Si
comparamos el miserable salario que se le paga a los trabajadores con las ricas
utilidades sobre el capital, es claro que el trabajador viene a ser entonces un
esclavo hambriento y miserable.
Un
trabajador que produce mercancías que valen millones y solo recibe un salario
de veinte o treinta pesos diarios, es de hecho una víctima de la explotación.
Si los
trabajadores reciben un salario más lo que les corresponde en las utilidades
sobre el capital, se ha hecho justicia.
Los
Capitalistas suponen equivocadamente que LAS GANANCIAS, las utilidades sobre el
capital, son el resultado de sus propias habilidades, olvidando por completo la
fuerza de trabajo del trabajador.
Los
Capitalistas piensan en los elementos del capital introducidos en la producción,
construcciones, maquinarias, materias primas, salarios etc. Y suponen que todo
eso les cuesta dinero, pero se olvidan de que se están robando la fuerza de
trabajo, no quieren pensar en el sobre trabajo, no quieren comprender que las
mercancías producidas por los pobres trabajadores valen millones de veces más
que los infelices salarios de hambre con que se les paga.
Hombres,
máquinas, materias primas, construcciones, etc. solo tienen un solo objetivo
para el capitalista, producir ricas utilidades sobre el capital que jamás
estará dispuesto a compartir con los trabajadores.
Las
mercancías tienen en sí mismas utilidades monetarias que polo se realizan poco
a poco durante el proceso de circulación comercial.
Las
utilidades líquidas sobre el capital se hallan contenidas en la mercancía pero
vienen a convertirse en monedas y billetes cuando entran en circulación
comercial.
Las
mercancías se venden, se revenden etc. y en todo eso hay procesos de desarrollo
económico.
El
comercio en sí mismo no puede jamás producir mercancías, las mercancías las
producen los trabajadores.
El precio
de costo de las mercancías es igual al capital constante, más el capital
variable.
El
Capitalista agrega al precio de costo, un beneficio, que se divide en ganancias
para el empresario y en interés para el capital colocado.
El precio
de costo, más el beneficio, constituyen el precio de producción tal como lo
establecen y entienden los amos del capital.
El
Capitalista cree equivocadamente que las utilidades son el producto honrado de
todos los elementos del capital introducidos inteligentemente en el proceso de
la producción, no quiere darse cuenta el capitalista de que no habría
utilidades sin la fuerza de trabajo de los trabajadores.
No quieren
entender los capitalistas que es imposible obtener un beneficio si no existen
ganancias y que estas últimas se hallan de hecho contenidas en las mercancías.
Los
trabajadores producen mercancías y estas se convierten en dinero con buenas
GANANCIAS que el capitalista se roba.
Sin
trabajadores no hay ganancias y sin ganancias no hay utilidades liquidas sobre
el capital.
El
proletariado debe organizarse para la lucha contra el capitalismo, solo a base
de paros totales, huelgas de brazos caídos, tortuguismo, etc. Es posible lograr
la justicia social.
SAMAEL AUN WEOR
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